domingo, 11 de agosto de 2019

Parte de Pastoral Familiar Dando formación prematrimonial a nueva pareja.

Ejercicio sobre la comunicación. 

Vídeos Motivacionales (Presencia de Jesús en nuestras vidas)

Jesús esta en todo momento con nosotros, nunca nos deja solos. 

lunes, 10 de junio de 2019

Credo de los Apóstoles



11 CONSEJOS PARA REFORZAR NUESTRA RELACIÓN MATRIMONIAL


Muchas veces, la presión y el estrés pueden dañar nuestra relación matrimonial sin darnos cuenta. La rutina, los quehaceres del día a día, el trabajo que nos llevamos a casa, fechas para cumplir proyectos… hace que nos olvidemos de nuestro cónyuge o que no lleguemos a disfrutar el poco tiempo que estemos con él/ella.
 1. Nuestro cónyuge siempre es lo primero.
Seguro que tenemos un montón de cosas que hacer, pero a la hora de priorizar, una persona casada lo tiene que tener muy claro: el cónyuge siempre es lo primero delante de todos los demás asuntos.
2.  Risas y diversión.
Aparte de buscar constantemente tiempo para estar juntos, tenemos que pasarlo bien y reír juntos. Juegos, deporte, cine, ir a tomar un café… todo lo que se haga en pareja ayuda. Siempre nos tenemos que divertir y reír. Las risas son el pegamento del matrimonio.
 3.  Planificad tiempo juntos.
Es importante que siempre nos obliguemos a pasar tiempo juntos. No podemos esperar a que el rato sea improvisado o cuando tengáis un ratito, cuando estemos haciendo otras tareas, porque al final nunca llegará. La relación matrimonial es la prioridad de todo matrimonio. Si hace falta, ponerlo en una hoja de papel bien grande un “Pasar tiempo juntos” todos los días. Todos tenemos móvil. Ponerlo en una alerta de esa “cita” y nunca, nunca, nunca, faltar a ella.
4. No nos agobiemos por las cosas pequeñas.
 Por ejemplo, cuando nos sintamos que nos estamos enfadando, parad un segundo, respirad y preguntarnos: ¿de verdad merece la pena enfadarme por esta tontería? En la mayoría de los casos no, por lo que es mejor respirar y pensar en otra cosa. 
Que el tema de vuestras conversaciones sean nuestras prioridades. Recordad siempre lo que es importante. Simplificad vuestro estilo de vida y no nos amarguemos por  pequeños problemas, porque eso hará que se agríe vuestra relación con nuestro cónyuge e hijos.
5. Entregarse con generosidad… y juntos.
Sed voluntarios en la iglesia, en un comedor social, estar en un grupo que ayude a los necesitados… Ayudad a los demás, pero hacedlo juntos. Eso nos unirá y nos dará perspectiva.
 6. Comunicación y respeto.
Los malentendidos son una fuente de estrés y tensiones. Tenemos que comunicaros constantemente; mantener informado a tu cónyuge, y nunca, nunca, nunca, faltarse el respeto. Hay que expresarse con amor y buenos modales.
 7. Nunca mentirnos.
Nunca jamás nos mintamosLa confianza ciega en el otro es uno de los pilares del matrimonioTenéis que poder confiar en el otro sin miedo alguno. Si nos empezamos a mentir, romperemos esa confianza y al final tendremos que mentir más y más para cubrir las mentiras que digamos. Ya sabemos el refrán : “Se coge antes a un mentiroso que a un cojo”. Lo peor de todo no es el hecho de mentir, sino que romperemos la confianza con nuestro cónyuge y, la confianza es muy fácil romperla, pero muy difícil construirla.
8. Tocarse, besarse, abrazarse…
El contacto físico reduce el estrés y nos hará sentirnos más cerca el uno del otro. Agarrémonos de la mano cuando paseemos juntos, acurrucaos juntos en el sofá viendo una película, danos un beso y un abrazo cada vez que nos reencontremos… Todo esto también hará que nos sintamos deseados y queridos. Recordemos nuestro tiempo de novios.
 9. Fijémonos en las cosas positivas y no en las negativas.
No les voy a mentir, es mucho más fácil fijarse en las negativas que en las positivas, pero tenemos que hacer el esfuerzo de fijarnos en las positivas y potenciarlas. Alaba, suscita, promueve, anima a tu cónyuge para que así, día a día, seamos un poco mejores.
10. Sé feliz con lo que tenemos.
No nos vamos a mentir, todos somos consumistas y, sin darnos cuenta, empezamos a comprar y comprar cosas que no nos hacen falta o al final no las llegamos a usar. Compramos una tele nueva porque la que tenemos ahora nos parece muy pequeña, un móvil nuevo porque es el último modelo, ropa que al final se queda en el armario con las etiquetas puestas.  Al final, acabamos comprando cosas para rellenar nuestra vida y lo vamos pagando a plazos o con tarjetas de crédito que lo único que hacen es endeudarnos más y más, y luego eso se resiente en nuestra familia. El estrés, el mal humor por no pagar las facturas, es más fácil que te empiece a disgustar tu trabajo porque no ganas lo suficiente para pagar esas cosas que no te hacían falta… Tenemos que tener un poco de fuerza de voluntad y solo comprar lo que nos haga falta o remplazar las cosas que estén rotas, y no porque haya salido un nuevo modelo de móvil y lo quiero, cuando el que tenemos no tiene ni un año… 
Un consejo: vivamos con sencillezNo intentemos llenar nuestras vidas de cosas materiales, sino de momentos y recuerdos que llevaremos por  siempre en nuestro corazón. Invertid ese dinero en hacer cosas con nuestro cónyuge; para eso sí que merece la pena gastar todo el dinero del mundo.
11. Nunca apartar a Papá Dios de Nuestro Matrimonio.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.(MATEO 19,6)

Los hijos de Dios debemos reflejar su amor en nuestro Matrimonio, y  La Biblia habla bastante sobre el matrimonio y nos da muy buenos consejos, por eso en el Matrimonio nunca se debe de dejar de leer la Palabra de Dios. 

Eclesiastes Cap 4, Versiculos 9 al 12.

9 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente.

domingo, 9 de junio de 2019


Solemnidad de Pentecostés


Este domingo 9 de junio la Iglesia celebra la Solemnidad de Pentecostés, día en que se cumplió la promesa de Cristo a los apóstoles, de que el Padre enviaría al Espíritu Santo para guiarlos en la misión evangelizadora.
Para comprender más de esta fecha, aquí presentamos ocho claves.
1. Proviene de la palabra griega que significa "quincuagésimo" (pentecoste)
La razón es que Pentecostés es el quincuagésimo día (en griego, pentecoste hemera) después del Domingo de Pascua (en el calendario cristiano).
Este nombre se empezó a usar en el período tardío del Antiguo Testamento y fue heredado por los autores del Nuevo Testamento.
2. Esta festividad tiene otros nombres
La fiesta de las semanas, la fiesta de la cosecha o el día de los primeros frutos, son algunos.
Hoy en día en los círculos judíos se le conoce como Shavu`ot (en hebreo, "semanas"). Además, se le conoce con diferentes nombres en varios idiomas.
En los países de habla inglesa también se le ha conocido como "Whitsunday" (Domingo Blanco), nombre que se deriva probablemente de las prendas blancas de los recién bautizados.
3. Pentecostés fue otro tipo de fiesta en el Antiguo Testamento
Fue un festival para la cosecha y significaba que esta estaba llegando a su fin. Deuteronomio 16 dice:
“Luego contarás siete semanas; las contarás desde el día en que comiences a cortar el trigo. Entonces celebrarás la fiesta de las Siete Semanas a Yahvé, tu Dios, haciéndole ofrendas voluntarias según lo que hayas cosechado por la gracia de Yahvé, tu Dios”. (Dt. 16, 9-10)
4. En el Nuevo Testamento representa el cumplimiento de la promesa de Cristo
Representa el cumplimiento de la promesa de Cristo al final del Evangelio de San Lucas:
“Les dijo: ‘Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes son testigos de todo esto. Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba’”. (Lc. 24, 46-49)
5. El Espíritu Santo tiene diferentes símbolos en el Nuevo Testamento
Hechos 2 recuerda:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran”.
Este pasaje contiene dos símbolos del Espíritu Santo y su actividad: el viento y el fuego.
El viento es un símbolo básico del Espíritu Santo; la palabra griega que significa "Espíritu" (Pneuma) también significa "viento" y "aliento". Aunque el término usado para "viento" en este pasaje es pnoe (un término relacionado con pneuma), al lector se le da a entender la conexión entre el viento fuerte y el Espíritu Santo.
En relación al símbolo del fuego el Catecismo señala:
Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. El profeta Elías que “surgió […] como el fuego y cuya palabra abrasaba como antorcha” (Si 48, 1), con su oración, atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del monte Carmelo (cf. 1 R 18, 38-39), figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías” (Lc 1, 17), anuncia a Cristo como el que “bautizará en el Espíritu Santo y el fuego” (Lc 3, 16), Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido!” (Lc 12, 49). En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él (Hch 2, 3-4). La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo (cf. San Juan de la Cruz, Llama de amor viva). “No extingáis el Espíritu” (1 Ts 5, 19). (CIC 696)
6. Existe una conexión entre las "lenguas" de fuego y el hablar en otras "lenguas"
Sí. En ambos casos la palabra griega para "lenguas" es la misma (glossai), y el lector está destinado a entender la conexión.
La palabra "lengua" se utiliza para significar tanto una “llama (fuego)” como “lenguaje”.
Las "lenguas como de fuego" que se distribuyen y se almacenan sobre los discípulos, provocan que empiecen a hablar milagrosamente en "otras lenguas" (es decir, los idiomas)
Ese es el resultado de la acción del Espíritu Santo, representado por el fuego.
7. El Espíritu Santo es Dios                                        
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.
8. Pentecostés significa participar de la vida divina de Cristo y ser testigos
La solemnidad de Pentecostés es una de las más importantes en el calendario de la Iglesia y contiene una rica profundidad de significado. De esta forma lo resumió Benedicto XVI el 27 de mayo del 2012:
“Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los demás discípulos, reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo (cf. Hch 2, 1-11). Jesús, después de resucitar y subir al cielo, envía a la Iglesia su Espíritu para que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y se convierta en su testigo en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, derrota su aridez, abre los corazones a la esperanza, estimula y favorece en nosotros la maduración interior en la relación con Dios y con el prójimo”.
Traducido por y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.


viernes, 7 de junio de 2019

¿Por qué junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús?

La Iglesia Católica dedica el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, para que los fieles veneren, honren e imiten más intensamente el amor generoso y fiel de Cristo por todas las personas.
Es un mes donde se le demuestra a Jesús, a través de las obras, cuánto se le ama; correspondiendo a su gran amor demostrado al entregarse a la muerte por sus hijos, quedándose en la Eucaristía y enseñando el camino a la vida eterna.
Sobre esta fiesta, el Papa Benedicto XVI afirmó que "al ver el corazón de Señor, debemos de mirar el costado traspasado por la lanza, donde resplandece la inagotable voluntad de salvación por parte de Dios, no puede considerarse culto pasajero o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del ‘corazón traspasado’ su expresión histórico-devocional, la cual sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios".
La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los inicios de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el corazón abierto del Señor.
Cuenta la historia que el 16 de junio de 1675, el Hijo de Dios se le apareció a Santa Margarita María de Alacoque y le mostro su Corazón rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior del mismo salía una cruz.
Santa Margarita escuchó al Señor decir: "he aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio".

Que es la pastoral familiar?

La Pastoral Familiar es específica porque se dirige a las familias con su propio ciclo de vida y sus diversas realidades, con momentos y circunstancias que requieren una atención precisa y especializada.
Significa hacernos responsables de realizar un acompañamiento permanente a matrimonios y familias, a través de los siguientes campos específicos:
Es básica, porque la familia está siempre presente, de alguna manera,
en cualquier expresión característica de la actividad pastoral.
a) Preparación al matrimonio
b) Vida Familiar: (familia – Iglesia doméstica)
c) Situaciones Especiales
d) Sociedad y familia
e) Apoyo técnico
¿Cómo se forma un equipo de Pastoral Familiar?
a) El Obispo
b) Párrocos – Parroquia. Las familias cristianas
c) Los sacerdotes
d) Los religiosos y religiosas
e) Los laicos especializados
d) Los movimientos y servicios familiares
¿Qué es un equipo
de Pastoral Familiar?
La comunidad eclesial entera es, en definitiva, responsable y agente de la Pastoral Familiar.
Diócesis
Decanatos
Parroquias
Rectorías
Comunidades Religiosas
En todos los niveles es necesario que esté presente la Pastoral Familiar como básica y específica.
Para ello se requiere una estructura adecuada, que coordine y anime la acción en forma permanente y sistematizada.
Los pasos que proponemos a continuación son parte de un proceso ideal que debe ser adaptado a cada lugar y realidad.
1. Nombramiento del núcleo básico: 2 matrimonios con condiciones de dirigentes y alguna experiencia en Pastoral Familiar (presidente y vicepresidente) y 1 asesor (sacerdote, diácono, religiosa o matrimonio formado)
2. Ampliación de este equipo básico integrando otros matrimonios, personas representativas, de acuerdo a las necesidades y a los objetivos propuestos, formando así el equipo de pastoral familiar.
3. Formación de equipo de trabajo integrado por matrimonios y laicos especializados, que se responsabilicen de los distintos campos de servicio a las familias y ayuden a concretar la labor del equipo de pastoral familiar.
La evangelización de la familia se realiza a dos niveles
En otras palabras, es la evangelización de la familia, realizada en una acción conjunta con otras pastorales, en comunión eclesial.
La evangelización de una familia real, inserta en un tiempo, lugar, cultura, en una Iglesia y con condiciones de vida propias.
Una evangelización en las realidades diarias de la vida familiar, tomando como centro el hogar y a partir de la propia experiencia de comunión.
Una evangelización a través de un acompañamiento permanente, con dedicación especial en tiempos y momentos determinados.
Una evangelización en la que la familia es siempre sujeto.
Una evangelización que apoya a la familia en cumplimiento de su misión en la sociedad y en la Iglesia.
¿Quiénes son los agentes de la Pastoral Familiar?
Cada diócesis, decanato, parroquia o comunidad de familias tiene sus propias características y posibilidades. De acuerdo a ellas tiene que ir creando su propio equipo y estilo de trabajo.
Sin embargo, cualquiera sea la organización del equipo, creemos importante:
-Que sus integrantes sean testigos creíbles del Evangelio y de los valores familiares.
-Que sean representativos de las familias del lugar.
-Que en ellos se tome en cuenta el protagonismo laical, especialmente el de los matrimonios.
-Que sus integrantes tengan en lo posible, una comunidad de vida que los respalde.
-Que se fomente una complementación fecunda entre laicos y sacerdotes o religiosas.
-Que se asegure el equilibrio entre una necesaria continuidad y una renovación permanente.

Credo de los Apóstoles

Credo de los Apóstoles